Días extraños I (Otoño de 2019)

Dios me libre de ser un infeliz como la mujer esa en el trabajo que largó hoy un poco de venenillo ante mi felicidad por cerrar una venta.

Lo mismo de siempre: la mierda ahí acumulada. Y hoy sale con eso la envidiosa.

Aprendizaje: no celebrar los triunfos delante otros. Con mis otras dos compañeras no hay problema, ellas me llevan amplia ventaja.

Bueno, me sirve escribirlo, así me relajo.

Destilar mierda. Esa oficina es una fábrica constante de destilar mierda. Lo que me pone nervioso es no poder sacarlo, decírselo. Ya saldrá por algún lado, me digo después.

Si tan solo fueran menos horas.

He venido a casa a fumar marihuana y a escribir. Aunque dije que Continue reading “Días extraños I (Otoño de 2019)”

L

Empezar una historia aquí, una historia allá. Siento como si una semana no fuese suficiente. Necesito más días para escribir, necesito divertirme más. Son unas vacaciones un tanto limitadas por lo económico.

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El hombre juega en la cancha de al frente, el profesor que me gusta. Es miércoles, es mediodía. Desperté hace una hora. Y lo veo jugar, lo veo mientras da clase, es fuerte, es masculino. Gozo de verlo ejercitarse, tan fuerte, tan diestro con su raqueta, con sus movimientos de varón.

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He gastado todo mi sueldo. Y hago conjeturas de cuánto me pagarán, si pagarán mañana, si podré comprar esto y aquello. Y quiero darme una fiesta, pero al mismo tiempo estoy todo alérgico por la marihuana. Continue reading “L”

Estallido II (¡Ha sucedido, estoy de vacaciones!)

The anachist - Schneider - 1984

Viernes. Por fin. A las 12 termina mi jornada hoy. Iré a comprar unas cosas y a por la llave del teatro, para la reunión del domingo con el prospecto de director. Con el director anterior, el que nos ayudó durante un par de meses el año pasado, no llegamos a buen puerto. Quiso cobrarnos.

 

Ahora estoy mejor. En esta etapa, quiero decir. Hoy nos han dicho que nos aumentarán el sueldo. Creo que cenaré arroz chino nuevamente. Solo por hacer algo. Ha terminado bien la semana. Creo que me va bien en el trabajo. El domingo nos reuniremos con el director que podría dirigir nuestro proyecto. Quiere cambiar algunas cosas, así que habrá que negociar.

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Ahora el sexo no es lo mismo que antes. La necesidad cambia. Ha cambiado, puedo percibirlo ahora, con el paso del tiempo. Y por un lado, una parte de mí extraña ese momento en que el goce era más sencillo, o de más fácil obtención. Sin saberlo. Más joven, más bello. Otra vida. Siempre atormentado, por una razón y por la otra. Hoy pensaba en mi ex. Debería escribir ficción en vez de estas líneas. Siempre digo lo mismo. ¿Tomaré en algún momento la decisión de no repetirme? No tendrían propósito pues estos cuadernos virtuales si no desahogo el cúmulo de pensamientos, sensaciones, sentimientos que me estallan por dentro, me hacen estallar. Continue reading “Estallido II (¡Ha sucedido, estoy de vacaciones!)”

Tormentos (los demás)

Cuanto desprecio me generan los miserables desgraciados que se dan el lujo de ningunear, las jerarquías en la oficina, los privilegios, el mundo heteronormado, la estupidez. Pero debo aguantar, resistir, sólo porque obtengo dinero para vivir, porque necesito comer, vivir. Pero yo soy un artista, y quiero ser, seré reconocido como tal. Me he despertado odiando a ese mundo normal y feliz, la insolencia de la ignorancia con apenas una ínfima cantidad de poder. Me dan ira. Algo de pena también.

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¿Qué haré para vivir? ¿Cuáles son las opciones para no vivir en un mundo de oficina constantemente?

No sé de dónde viene este dolor. ¿Es todo por la terapia de ayer? La intensidad de lo que percibo en el trabajo. El director al que convocamos que dice ahora que no va a tener tiempo suficiente. Me desespero, dolor, un fastidio que no logro apaciguar. Le hablo al linyera ese con el que quiero tener relaciones desde hace un tiempo, pero no me da pelota, le digo de tomar merca, pero responde cada tanto, se le nota el desgano, dice que me puede conseguir. Son las seis de la tarde, no sé qué hacer. Es viernes. Tampoco es que me sobre el dinero. Luego el chico me dice que sí, que nos veamos, que va a estar con una amiga en un bar. Continue reading “Tormentos (los demás)”

Sigue la vida (así, en verano)

Iba a escribir “viernes”. Pero es jueves. He dormido un poco mejor. Lo noto. Aunque, claro, he sentido el golpeteo de los pasos del hombre de arriba. Pero menos. Ha sido menos frecuente, menos intenso. Si empiezo a pensar, me enojo. Ayer el niño fresa de la oficina casi ni me saluda.

He terminado un cuento con temática homosexual. En febrero no iré al taller de escritura. No quiero mostrar este cuento y no tengo otro.

Debería pasar menos tiempo mirando las cuentas, debería preocuparme menos.

 

El tipo de arriba hace ruidos en las noches, se le caen cosas, acomoda, y me despierta en la mitad de la madrugada. Intento no mortificarme y no miento si digo que no siento bronca en este momento, pero luego no puedo conciliar el sueño durante un tiempo, y al día siguiente debo despertar temprano para ir al trabajo. Continue reading “Sigue la vida (así, en verano)”

En el diario, primavera

Entre el deseo de tranquilidad y las broncas de siempre, las broncas cotidianas. Ya no quiero vivir así, amargado, miserable. Que la vida es muy corta para ser miserable. Eso leí ayer. ¿Soy miserable yo en esa oficina, soportando los cambios de ánimo de la gorda de mierda?

Que sea una semana de menos iras, de menos malestar. Dejar de lado los enquistes (uso mucho esa palabra, enquistes).

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El tic en el párpado del ojo izquierdo no me deja tranquilo. Despierto de mal humor. He sufrido insomnio anoche. Voy a enviar un cuento al taller sólo por enviarlo, sólo porque sí. Mi cuerpo aún no adquiere mejor forma, sigo bebiendo vino en las noches, sigo gordo. Y las amistades y los proyectos, todo me enoja, broncas aquí y allá.

Le he dicho a mamá que tomaré una semana de vacaciones en febrero, y me sugiere que hubiese esperado, dice que quiere venir. Con qué dinero. Si ahorro será para viajar yo a Europa.

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Un poco más tranquilo. Aunque los párpados sigan moviéndose en momentos de estrés. O eso digo yo, que son momentos de estrés. Dejaré la cafeína. Tal vez sea sólo por hoy. Mañana en el desayuno de trabajo tal vez tome café. No debo.

He llevado un cuento al taller. Le han corregido aspectos formales. Algunos compañeros me han felicitado.

En la cama, el deseo. Ahora un poco empiezo a obsesionarme con uno. Por ahora es enamoramiento. Sólo lo había visto en la calle, cuando caminaba yo del subte a la oficina. Ayer me lo crucé en el tren mismo. Lo miré a los ojos. Sólo un segundo. No quise ser evidente. El me vio, estoy seguro. No pasó nada. Cruzó el molinete de la salida atrás de mí. Me vio. Siempre viste ropa oscura. Un sweater un tanto raído en las mangas. Cara fuerte, piel blanca, pose de varón, alto, barba de tres días, aspecto limpio, arete en la oreja izquierda.

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Ayer la gorda (mi jefa) le ha dicho “inútil” a una compañera. Se lo ha dicho y no ha pasado nada, la cosa ha seguido como si nada. Le decía algo de los correos electrónicos y soltó: “no sabés cómo responder a todos, ¡qué inútil!”. Continue reading “En el diario, primavera”

Ocaso de obsesión (y la gorda de mierda)

He ido a la entrevista de admisión. El terapeuta me ha dicho que sí, que me atenderá él. Iré una vez por semana. Ayer en la tarde, cuando salí de la oficina y caminaba hacia el lugar donde atiende  el terapeuta, dudé de la decisión: no quiero gastar dinero, debo comprar ropa, cosas para la casa. Pero también debo trabajar la angustia. Y no quiero esperar. Dudé porque siento que se va pasando la obsesión, la tristeza por P. Se lo comenté un poco a mi amigo en Ecuador, y se ha reído. Pero no le he dicho lo más importante tal vez, que este hombre me quería ver trasvestido, que me pedía que me depilara, que me trataba como a una mujer, que habíamos dicho de vernos varias veces, y que cada vez yo me produciría más y más para él. Y que me obsesioné con esa idea también. Luego busqué su número en Google, y una cosa llevó a la otra, y supe todo de él y…

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Mi amigo en Ecuador me ha dicho que no puedo ser tan demente, que cómo me voy a obsesionar así con un hombre que ni conozco. Se ha reído. He reído con él. Eso ha aliviado la carga.

Iré a terapia. Aunque sea un lugar lúgubre, como el barrio en el que vivo. Queda cerca de acá. Como la vida ahora. Temporal. Ya lo recuerdo, es todo temporal.

El día está gris. Es sábado. Iré al ensayo. Vendré a casa, fumaré un poco de hierba, y escribiré. Intentaré descansar. Ya la otra semana regresa la gorda, mi jefa. Mejor ni pensar en eso.

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Mi amigo Dante bromea, un poco se regocija: “sos clase media baja”, me dijo a manera de chiste, en un momento, “sos un obrero más”, me dijo después. “No soy un obrero”, le he respondido. Me ha cobrado por la minucia de marihuana de calidad triste que me ha traído. Miserias. Se alegra de que ahora no sea un niño mantenido, Continue reading “Ocaso de obsesión (y la gorda de mierda)”

Alguien dijo Poesía

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Que lo de afuera es un reflejo de lo de adentro. Entonces esta suciedad, este desorden constante, que me tiene tan fastidiado, ¿cuándo terminará? ¿Cuándo terminará la gira y empezará la calma? Esta semana algo adelantaré. Esta semana tal vez terminen de pintar, así no tengo que recibir al trabajador todas las mañanas, y limpiar al llegar.

Cómo salir de la idea de lo poco, de lo pobre. El chiste ayer del profesor del taller de escritura durante la cena. “Ahí empieza el sur”, dijo. “Pero él es colombiano, está más allá del bien y del mal”, dijo otra. Reían. Chistes, todos hechos con cariño. Pero para mí no es fácil. La misma sensación de siempre: antes, al ser mantenido, tenía acceso a otras cosas. Ahora lo pago todo yo, toda mi vida la costeo yo. Y me gustaría encontrar más regocijo en eso, me gustaría no quejarme, no angustiarme tanto, encontrar un tiempo de paz, de tranquilidad. Continue reading “Alguien dijo Poesía”

Esperando la mudanza

 

Las cuentas para la mudanza, el dólar, la incertidumbre, siempre una cosa y la otra, siempre un gran esfuerzo…

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Cuentas, números, dinero, el deseo de viajar, de irme varios meses a Europa, o dos semanas, o tres, o las que se pueda, irme a Londres, tomar un curso, hacer lo que amo.

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Les digo a todos lo mismo, es mi discurso de la temporada, que con la mudanza debo amoblar el nuevo departamento, y luego, si mamá se muda en Macondo, debo ir hasta allá y ayudarla con su mudanza, y que todo es dinero, así que dudo poder viajar a Europa el año que viene. Que quiero migrar a otro lado, eso les digo a los demás también, que quiero vivir en otra parte, en un país desarrollado.

Hoy hace un mes que estoy boyando. Boyando, así dicen acá. Primero, dos semanas donde Boisano. Luego, dos semanas donde Laitan. Y hoy, iré al sucucho, donde permaneceré poco menos de dos semanas hasta que me den el departamento.

Les digo a todos lo mismo: que no me gusta la zona Continue reading “Esperando la mudanza”

Repito (Me repito)

Cuántos colombianos aquí, en Buenos Aires. ¡De una calaña! Horribles. Los hay de todo tipo. No quiero ser clasista, racista. Hablo desde mi posición, la posición del que quiere alejarse, y parece ser perseguido por esa cultura asquerosa. En las calles, con su alevosía. Ayer, camino a clase, unos hablaban con acento paisa no sé qué cosa de los dólares, y después, cuando entré al lugar donde me formé por años, una con acento de Bogotá (la puta Inmunda) comía algo en la entrada, y hablaba con la portera. Por suerte fui el único colombiano mientras cursé. Por suerte no hay ninguno en mi círculo de amigos. No los quiero cerca. Menos si son pobres, si vienen a extender esa cultura de la que tanto intento alejarme. Pues seguiré caminando hacia el lado donde menos me los encuentre.

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Pienso cada cosa para escribir. Cada momento, cada segundo de la vida, las historias que pasan por mi cabeza, todo me parece literario, quiero contarlo todo con palabras.

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Siempre escribo lo mismo: quiero vivir en un país desarrollado, vivir bien ahí, ser rico ahí. ¿En dónde? Eso debo definir. Y orientarme a la migración en el mediano plazo. Algo demasiado complejo para pensarlo hoy. Paso a paso. Y que tarde lo que deba tardar.

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Un poco mejor. O mejor, simplemente mejor. Continue reading “Repito (Me repito)”