Tormentos (los demás)

Cuanto desprecio me generan los miserables desgraciados que se dan el lujo de ningunear, las jerarquías en la oficina, los privilegios, el mundo heteronormado, la estupidez. Pero debo aguantar, resistir, sólo porque obtengo dinero para vivir, porque necesito comer, vivir. Pero yo soy un artista, y quiero ser, seré reconocido como tal. Me he despertado odiando a ese mundo normal y feliz, la insolencia de la ignorancia con apenas una ínfima cantidad de poder. Me dan ira. Algo de pena también.

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¿Qué haré para vivir? ¿Cuáles son las opciones para no vivir en un mundo de oficina constantemente?

No sé de dónde viene este dolor. ¿Es todo por la terapia de ayer? La intensidad de lo que percibo en el trabajo. El director al que convocamos que dice ahora que no va a tener tiempo suficiente. Me desespero, dolor, un fastidio que no logro apaciguar. Le hablo al linyera ese con el que quiero tener relaciones desde hace un tiempo, pero no me da pelota, le digo de tomar merca, pero responde cada tanto, se le nota el desgano, dice que me puede conseguir. Son las seis de la tarde, no sé qué hacer. Es viernes. Tampoco es que me sobre el dinero. Luego el chico me dice que sí, que nos veamos, que va a estar con una amiga en un bar. Continue reading “Tormentos (los demás)”

Descansar ahí (en el olor de hombre fuerte)

Sobre las conversaciones con los chicos hoy en el bar, afuera, fumando marihuana, sobre eso quiero escribir. Sobre el chico de 25 años que toca la guitarra y que es amigo de mi amiga Raira, y que me dan ganas de amarlo, sobre eso quiero escribir, sobre mis ganas de amar y sobre cómo me parece que se me impide. ¿Por quién, por qué?

Ha sido una linda noche. He vuelto en colectivo, lleno de gente del sur, ahora soy del sur. O del centro más bien, qué sé yo. Dedicaré el día a escribir, a descansar, veré una película, dormitaré,  será un día libre.

Al final, hemos resuelto que continuaremos con el proyecto de la obra teatral con Raira y Dante. Si las cosas salen bien, el próximo año estrenaré dos proyectos.

Fin de mes.

Una felicidad me embarga hoy. A pesar de las incertidumbres de salud que han aparecido. Creo ahora entender un poco más. La soledad, vivir en soledad, en este departamento, me hace muy bien. Y retomar los proyectos artísticos me hace muy bien también. La esperanza. Que el arte es la salida, Continue reading “Descansar ahí (en el olor de hombre fuerte)”

Recaer

Que qué fantasía tengo con este país. Y yo con esta paranoia de que los demás tal vez sean xenófobos, con estas inseguridades de inmigrante. Y pienso ahora que debí responderle varias otras cosas, aunque no estuvo mal mi respuesta. Nos habíamos quedado solos con un ex compañero de teatro, cuya obra fui a ver. Fue una linda noche, noche de reencuentros, de teatro, de tertulia, de cerveza artesanal (qué de moda que está la cerveza artesanal), de pizza, papas fritas y empanadas. Lo clásico. A buen precio. Los artistas, los actores, los músicos, los hombres con esa barba tan Cortázar (vamos a decir). A uno de los actores le dije así: “vos te parecés a Cortázar”. “¿En el físico decís? ¡Ojalá fuera en todo!”. Más tarde ese mismo nos preguntó de qué vivimos. Y bueno, salen los mambos. Pero qué va. Ya después caigo en que es la hierba, en que es la mente, y amo volver, amo hablarles, moverme aquí, quien soy, quien era, lo que proyecto en los demás.

Pero esa pregunta, la de la fantasía, en ese momento, me puso un poco triste. Y no lo admití. Dije que es la fantasía de la vida misma: ser feliz. Y dije que había leído que cada cosa que uno hace es porque uno cree que lo conducirá a la felicidad. Y mi ex compañero me habló del deseo y del psicoanálisis. Y yo imaginé al deseo como un hueco, hondo, adentro de mí, como un agujero negro. ¿Qué fantasía tengo con este país? No, yo no vine a hacer la América, me digo, yo tengo una fantasía con el mundo, con el arte en mí en el mundo, con otros lugares, donde también pueda ser, yo no quiero tocar un techo, yo voy despacio, pero sé que me falta mucho por recorrer, y quiero hacerlo, en esta década, son los treinta, pero ahora estoy aquí, sí, ahora estoy aquí.

*

He vuelto al ruedo, escribí en el diario. Exponerse, insertarse en el mercado. Pero eso me hace perder energía, me parece. No me concentro. Y ya he caído de nuevo en una vorágine. No me pasan cosas lindas, no atraigo cosas buenas desde el lugar del borracho descontrolado, no vienen momentos bonitos, si no situaciones traumáticas. Eso fue lo que viví el domingo, Continue reading “Recaer”

Nunca había dejado de afeitarme durante tanto tiempo

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Nunca había dejado de afeitarme durante tanto tiempo. Ayer lo hice después de… no sé, ¿más de un mes? Mes y medio, tal vez. Perdí la cuenta. Por lo menos ahora sé cómo luzco con barba, desprolijo. No es sólo la barba, también el pelo: hace mucho no me lo corto. Todos los días me digo lo mismo: “mañana iré, mañana iré”. Pero no voy. No quiero salir, le  he agarrado fobia a las calles, a caminar.  Tal vez ahora que termine de escribir esto vaya a la peluquería.

Adela quería ir a almorzar ayer. Le había dicho que sí desde la noche anterior. Pero no me desperté. El día anterior me acosté a eso de las 2. A las 4 de la mañana tuve un episodio de malestar estomacal que me tuvo en el baño durante Continue reading “Nunca había dejado de afeitarme durante tanto tiempo”

Ahora vivo aquí (Es temporal, recuerda, es temporal) o Quiero ser leído

No sé si fue una estrategia para mantenerme sin alcohol: el jueves, ya harto de las molestias en las vías respiratorias, le metí antibióticos al asunto (algo que no debe hacerse). Así que pasaré el fin de semana tranquilo. Me siento absolutamente diferente. Me despierto y  hago una meditación guiada. Tomo agua con limón. Bebo café. Escribo algunas líneas. Hago ejercicio. Me baño, desayuno, me siento a escribir. Por supuesto que cuando digo “escribo algunas líneas” o “me siento a escribir”, la presencia del Internet es constante y desconcentra. Pero he estado mucho más dedicado a la escritura. Y a la lectura. Ya estoy en las últimas páginas de una novela y me espera un libro de cuentos.

La crónica está atrasada hasta diciembre. Busco más temas. Tal vez reseñe un libro esta semana. Voy a sacar después de la Biblioteca ‘Mientras escribo’, de Stephen King. Ya lo reservé. Así. Usar el tiempo de manera creativa. Este tiempo en el que aparentemente no estoy haciendo dinero. Digo aparentemente, porque se supone que los cuentos en los que trabajo verán la luz algún día… Dicen que es difícil, pero nada es imposible. Se venderán bien y entonces esto no será tiempo perdido. Por supuesto, ganancia económica significa también cantidad de lectores, quiero ser leído.

El viernes tomé y esnifé un poco

El viernes tomé y esnifé un poco. Me vi con mi amiga Áspora. El sábado, mi primo se apareció ebrio en mi casa y me pidió que lo acompañara a beber más. Salí de nuevo a tomar. El domingo estuve angustiado porque no pude conseguir sexo ninguno de los dos días de borrachera. Ya hoy estoy un poco mejor, después de haberme masturbado varias veces y de decidir mantener la energía positiva. Aunque siguen las ganas de evadir, de dormir.

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Es lunes. Despierto y me digo que me tomaré el día. Ya he tenido etapas como esta. Etapas de oscuridad propiciadas por la marihuana. La pereza es la madre de todos los vicios, dicen. La marihuana lo pone a uno perezoso. Continue reading “El viernes tomé y esnifé un poco”

Ayer en la noche (y toda esta semana)

Lo conocí por Internet (una norma en el mundo gay). Vino a casa. Se quedó a dormir. Tomamos vino, fumamos porro y comimos pizza. No me encantó: me gustan más grandes que yo. Pero estuvo bien seducir y ser seducido. Necesitaba un poco de intercambio de energía sexual. Y de fluidos. Sé que no es lo que busco. Obviamente tuve que estar drogado para hacer que se propiciara el morbo. Pensé, deseé y fantaseo incluso ahora con tomar cocaína  la próxima vez que lo vea. Pero no lo haré. No tengo el tiempo que requiere drogarse y luego recuperarse (la resaca).

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Hace unas semanas me reuní con una editora de un medio en el que solía publicar artículos. Me recomendó un tema. Voy a escribir una nota. Ya he estado investigando. Escribo poco últimamente. Los cuentos están olvidados. Durante las últimas semanas he destinado mi energía creativa al teatro. Pero estos días ya descansé.

El sábado fue el último día de la temporada del monólogo. Continue reading “Ayer en la noche (y toda esta semana)”

De cómo casi cumplo mi fantasía

Curioso. Por un lado, la vergüenza; por el otro, encuentro increíble (y peligrosa) mi capacidad. Ya he escrito varias veces que hace mucho tiempo tengo la fantasía de estar con un heterosexual. Pero no he tenido dinero ni energía. Por supuesto, no cualquiera accederá, pero estoy seguro de que si busco bien, conseguiré algún chico que se deje tocar a cambio de unos centavos, o ¿por qué no? sin necesidad de pagarle.

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El miércoles, cuando terminó la fiesta a la que fui con la suegra de mi amiga Adela, me quedé bebiendo unas cervezas en un parque con dos chicos que trabajan en la barra de la discoteca en la que estábamos. En Bogotá cierran todo a las 2.30/3 de la mañana. Algunos lugares abren hasta las 5, pero no dejan entrar después de las 2. Y hay un par de discotecas que abren hasta las 8, pero no todos los días y los precios son astronómicos. Continue reading “De cómo casi cumplo mi fantasía”

Es más fácil escribir los fines de semana (o Anhelando la visita de Áspora)

imagesEs más fácil escribir los fines de semana: se filtran menos ruidos a través de la ventana. Los sábados y los domingos hay otra energía en el ambiente: el esparcimiento y el ocio están aceptados por la sociedad. Como mi escritura no produce dinero, de lunes a viernes siento (me cuesta confesarlo) que pierdo el tiempo. Sé que no es así. O eso espero. Sé que algún día publicaré un libro de cuentos. Llevo terminados cinco. Necesito mínimo diez.

Es sábado en la noche. Desde el domingo pasado he estado encerrado en mi apartamento. Sólo salí para ir al supermercado. Y hoy, a la farmacia. Ayer pensaba darme un paseo nocturno. Pero el resfriado me complicó. Ojos llorosos y estornudos frecuentes me obligaron a quedarme en casa. Mejor. Mejor no gastar dinero ni energía en fiestas. Hoy quise salir. No estoy grave, pero siguen las molestias. Continue reading “Es más fácil escribir los fines de semana (o Anhelando la visita de Áspora)”

Sigo

Young man cocaine addicted

La hermana del marido de Adela cumplía quince años el martes pasado. Fuimos a saludarla, Adela me pidió que la acompañara a la casa de su suegra. Ahí nos brindaron un poco de vino. Yo no quería: intento hacer dieta. Pero acepté uno. Después, otro. Y así… La cuñada de mi amiga Adela se fue con sus amiguitas a un restaurant. Y Adela estaba con su hija, así que después de comer, se fue a su casa. Me quedé solo con la suegra de Adela, quien me ofreció un poco de coca. Esnifamos juntos un rato. Bebimos un poco de champagne. A eso de las 12 de la noche ya estaba de regreso a casa. El marido de Adela es abstemio porque tiene problemas con las adicciones. Y yo, a veces, le pido cocaína a su madre. Continue reading “Sigo”