Cuanto desprecio me generan los miserables desgraciados que se dan el lujo de ningunear, las jerarquías en la oficina, los privilegios, el mundo heteronormado, la estupidez. Pero debo aguantar, resistir, sólo porque obtengo dinero para vivir, porque necesito comer, vivir. Pero yo soy un artista, y quiero ser, seré reconocido como tal. Me he despertado odiando a ese mundo normal y feliz, la insolencia de la ignorancia con apenas una ínfima cantidad de poder. Me dan ira. Algo de pena también.
¿Qué haré para vivir? ¿Cuáles son las opciones para no vivir en un mundo de oficina constantemente?
No sé de dónde viene este dolor. ¿Es todo por la terapia de ayer? La intensidad de lo que percibo en el trabajo. El director al que convocamos que dice ahora que no va a tener tiempo suficiente. Me desespero, dolor, un fastidio que no logro apaciguar. Le hablo al linyera ese con el que quiero tener relaciones desde hace un tiempo, pero no me da pelota, le digo de tomar merca, pero responde cada tanto, se le nota el desgano, dice que me puede conseguir. Son las seis de la tarde, no sé qué hacer. Es viernes. Tampoco es que me sobre el dinero. Luego el chico me dice que sí, que nos veamos, que va a estar con una amiga en un bar. Continue reading “Tormentos (los demás)”