
Mi primo propuso que pasáramos la noche del 24 de diciembre con unos amigos suyos, una familia que fue vecina de él en la costa hace varios años. De chico, después del colegio, todas las tardes, yo iba donde mi tía y mis primos. Mis primos y yo estudiábamos en el mismo colegio, así que yo almorzaba allí, en casa de ellos, y me quedaba toda la tarde hasta que mamá pasaba a buscarme. En las tardes jugábamos con los niños del conjunto. Entre esos estaban los hermanos Laisa, Daira y Denio. Denio, el menor, tendría apenas unos cinco años cuando lo dejé de ver. En esta temporada en que coincidimos con mi primo en Bogotá, yo había visto a Laisa y a Daira, porque ellos ahora viven acá también. Pero no había visto a Denio. Había dejado a un niño. Supuse que estaría en la celebración de Navidad, así que me causaba curiosidad ver al hombre de más de veinte ahora.
Odié el plan de mi primo: la casa de los padres de estos chicos queda pasando un pueblo en la montaña, un pueblo que se llama La Calera Continue reading “Fantasía de Navidad (o Nochebuena mirando a Tadzio en la montaña)”