Entre las piernas de los hombres. Miro desde atrás e imagino, abajo del pantalón, me imagino inmiscuyéndome en el entramado entre sus glúteos y su parte de adelante, inspeccionando esa zona, miro ahí, al marido de la hija de mi profesor, por ejemplo, hoy, en la feria del libro, al otro en la parada del colectivo, que iba vestido con su bermuda de fútbol, sus medias largas, y yo detrás, y mirando, imaginando. Los cuellos también, sus olores, imagino.
Son días intensos: la oficina, el taller de escritura, el evento en la feria. Hoy es jueves, vendré a dormir y a escribir. Hace tiempo que no termino un cuento. No me gusta que me halaguen. En medio del evento, hablando de los grandes, un poco de pena sentí por mí, por el escritor que quiero ser y aún no soy, por la vida que me pasa, y porque no conozco tanto.
Dos días para el fin de semana. Y contar las horas para el descanso. Y aborrecer los egos ahí adentro, pero necesitar de su dinero igual, de su cobijo para permanecer inmerso en el sistema y poder pagar, entre otras cosas, el tratamiento médico. Debo agradecer y no enquistarme con la miseria cotidiana. Recordar que lo hago para hacer arte, que debo, necesito hacerlo para permitirme el espacio de arte luego.
Sábado. Mal humor. Los tratos de mierda en el trabajo, los egos de los miserables cotidianos, y yo que voy acumulando odios. Gente de mierda. Y no puedo olvidarme tan fácilmente después. Esa misma mujer que ya me había dejado malhumorado todo un fin de semana por sus respuestas ácidas, Continue reading “Trascendencia a mi existencia”