Escapar (el loco contraataca)

Pude huir, le escribí a Áspora. Luego la terapeuta me diría que no se trató de una huida si no de un escape. Pude, al final, irme de ese lugar, accioné y ahora escribo mis primeras líneas desde el departamento nuevo. A mí me agrada. Boisano dijo que le falta luz. Para mí está bien. Es encerrado. En eso es diferente al anterior, que daba a la calle. Pero me gusta. Recién probé la bañadera. El encargado es un tipo que parece bueno, dice que trabaja acá hace más de treinta años, los conoce a los propietarios desde entonces. Estaré vigilado, supongo. Pero todos lo estamos.

Me masturbé pensando en el bulto de los hombres que subieron las cosas.

Estoy aquí, disfrutando de un lugar sin problemas con nadie. Áspora dice que agradezca, que vibre alto. Aunque suenen a canción repetida sus palabras, hay razón en ellas. Le digo que hace tiempo quiero trascender hacia un estadio de plenitud.

¿Miro solo lo malo? ¿Cómo no enfocarme en lo negativo? En que sea chico, en que la cocina no tenga lugar para un secaplatos amplio, en que le falta luz (aunque esto por ahora no me afecta). Es una pequeña cueva.

Esta noche. La primera noche, las primeras horas.

Pienso en el asunto del trabajo, en mi jefa. Me vendrá bien no verlos. Sé que estuve fuerte, que mis palabras fueron

Ahora tal vez sea momento para escribir, esas vacaciones que se acercan, para hacer ejercicio.

Necesitaba un poco más de aprobación de Boisano, que aprobara el departamento. Y no lo hizo.

Estoy bien, estaré bien, quisiera hacer cuarentena, sentirme mejor físicamente. El otro día perdí el turno con la médica, andaba muy estresado con toda la mudanza.

Me preocupa estar tomando mucho vino. Hay algunos números en los exámenes médicos que me preocupan. Me preocupa estar fumando tanto. Supongo que está bien, que me anestesio. Sedantes.

Si me hubiese grabado en esa videollamada con unos clientes, el lunes, podría notar cuán drogado estaba. Todo el tiempo quiero estar drogado. No sé si el cannabis causa efectos negativos.

Está bien ser solitario, está bien cambiar de lugar donde vivir. Está bien.

Creo que está bien estar aquí, creo que podré concentrarme en escribir y en descansar. Y en trabajar cuando haya que hacerlo.

Supongo que todos tenemos criterios diferentes. Lo digo por Boisano, que no le gustó el departamento, y yo sentirme tan a gusto, tan cómodo en el encierro.

*

Es hora de dormir. Ha sido una buena decisión, lo corroboro segundo a segundo, minuto a minuto.

Ya pasará, y será un cuento más de esta vida loca que he vivido. Pude huir, me repito. Si bien atravieso un proceso de adaptación, estoy feliz de haberme mudado, me regocijo en esta paz de domingo preferiado, como hace mucho no la experimentaba.

*

Es el único tema en el que pienso: haberme mudado.

No es cierto, también pienso en el trabajo, en los mensajes que ya envió la jefa de mi jefa. En que mi jefa vuelve el miércoles, a pesar de que tenía esos tres días libres porque la operaron. A partir del viernes, estaré de vacaciones. Y hoy y mañana son feriados. Será bueno descansar en la comodidad de este nuevo lugar, en esta cueva cómoda, donde todo es nuevo.

Tal vez sea un buen lugar para escribir.

Me pregunto si estoy fumando mucha marihuana, y cuánto me afecta esto. Estoy agotado. Fueron días intensos, la mudanza, las compras, la gente.

Sigo sorprendido por el accionar del vecino, por la psiquis y su personalidad obsesiva. ¿Es una parte de mí? ¿Es todo una misma cosa, no es así?

Escribir la obra. Escribir. Relajar. Disfrutar.

El asunto fue así: alguien creó un perfil en Grindr con una foto que por suerte no era mía, y charló con gente y les dio mi teléfono. Tres personas me hablaron. A las dos últimas les pregunté de dónde habían sacado mi número. La última me contestó. Me dijo que se lo había pasado por Grindr. Entonces le expliqué que creía estar bajo un ataque (no se lo dije así, le dije que creía que alguien estaba dando mi número para molestarme), y le pedí que hiciera una captura de pantalla de la foto que veía en mi perfil y de la conversación. La persona accedió, y vi que la foto no era mía, pero que decía mi nombre en el perfil y el supuesto yo pasaba mi número con el saludo. Para mí, fue el vecino.

Ayer estuve un poco asustado cuando me enteré. Áspora dice que con esto confirma que el tipo sí me estaba molestando. Laitan dice que el tipo tenía una obsesión conmigo y que tiene un problema psiquiátrico. En general coincidimos en que son cosas menores.

Aún estoy sorprendido. No es grave, le dije a Áspora. Sí, tal vez se deba a que el viernes en la noche, cuando empezó a talonear, le grité: ¡sos un psicópata de mierda! . Jugaba a torturarme, ahora estoy seguro.

Me siento cansado, con el estómago un poco revuelto. Agotado de todo el trajín del fin de semana, la agitación de la mudanza, la vida en continuado. Disfruto de darme baños en la bañadera, es nueva. Es chica, como todo en este lugar, pero está bien para mí.

*

En la madrugada llegaron mensajes de siete personas diferentes. Es definitivamente el ex vecino. No me asusta. Pero debo admitir que me enoja su ensañamiento. Hace que nazca en mí violencia, deseo de venganza. Pero pienso dejarlo ir. Y si continúa, tendré que cambiar el número de teléfono.

Dante y el novio dicen que se trata de un sociópata.