Cansado (más de diciembre)

Lo de siempre. Aún cargo con los restos de la ingesta de Navidad. Qué fecha de mierda. Más si la paso en soledad. Los amigos nunca me invitan a nada. Raira pone sus límites. Y si me hubiese invitado, ¿hubiese ido? Soy un extraño para adentrarme tanto en la intimidad familiar. Laitan sí me ha dicho de pasarlo con su pareja, pero luego cambió la fecha para el año nuevo. Supongo que ha estado bien. Me he dado el gusto de salir, de ver gente, tomar alcohol, fumar tranquilo.

Espero que las cosas vayan bien en el trabajo este año: necesito hacer comisiones, necesito mejorar los ingresos así recibo más dinero. Espero que suban el sueldo rápido. Espero ahorrar. Espero mantener la calma. No derrapar más. Ya no más.

No puedo andar renegando de mis amistades, son lo que son. Y quien debe cuidarse soy yo. Debo cuidarme solo. Se supone que lo había aprendido. Ahora me lanzo nuevamente a la batalla conmigo mismo, con esta pulsión extraña.

Es un buen trabajo el que tengo, en medio de todo. Intento consolarme. Intento no darme tan duro, permanecer tranquilo. Tranquilo, me dice Áspora.

Fin de año ha sido y es siempre una época complicada para las emociones. Si tan solo me hubiese tomado esa pastillita para dormir antes de ir a buscar la cocaína. O quedarme leyendo. El alcohol es un mal infernal, y domina a la sociedad. Y es también, creo ahora, una de las estrategias de dominio.

Si tan solo hubiese permanecido tranquilo. Ahora, me arrepiento, siento culpa.

Y entonces, fumar. Iré al odontólogo. Escribir.

Tengo culpa y miedo. Culpa por haber enloquecido ya dos veces este mes. Por todo lo que he hecho.

Tengo fastidio en el cuerpo, miedo. Me asusta todo lo que está por venir, me asusta el tiempo que paso sin hacer nada. El miedo se agudiza. Como si hubiese roto un pacto. Conmigo mismo tal vez, con la vida. Es rara esta sensación. A veces me pregunto a qué edad moriré. Espero vivir un poco más. Pulsión de vida. Así logro un poco de felicidad y plenitud. No es para afuera, descubro, me digo. Es hacia adentro. Y, claramente, me he intoxicado. Entonces debo desintoxicarme ahora. Vivir un poco más sano.

*

Tristeza.

*

Ahora es de noche. Llueve en Buenos Aires.

La odontóloga dijo que me ha hecho una limpieza en agosto, que el seguro sólo me cubre uno al año. Y si voy a otro odontólogo, ¿cómo diablos sabrá esa persona que ya me hice una limpieza? En fin. Compré una pasta de dientes blanqueadora. Y un enjuague bucal. Sigue la vida.

Quería llegar mejor a las fotos. Todo depende de cuántas horas duerma. El sueño hace milagros, dormir, digo, es verdaderamente sanador. ¿Estoy usando muchos adverbios terminados en mente?

 

El guardia vestido de civil me vigilaba en el supermercado. Pude percibir su mirada.

Espero salir bien en las fotos. Había dicho que me cortaría el pelo esta noche, pero no sé si deba hacerlo. En todo caso, sí que lo tengo un poco más largo que como quisiera.

Mañana, retrato del exterior.

 

Aplico paliativos a la recaída. Se siente bien cuidarse. Es lindo tener marihuana. Debí comprar una mascarilla. ¿Estará cerrada la farmacia ahora?

*

Hoy ha venido un fumigador. Ha entrado a casa. Lo he mirado. Nada asombroso, pero con esta calentura, me excito de observar la delgadez. “¿Cucarachas?”, ha preguntado cuando entró.

Hoy en la calle he mirado a dos que me han correspondido la mirada.

Quisiera poder hablar con alguien, conversar, pasar algo de tiempo. ¿Debería ir al cine en estos días? Tal vez. Un día. El día de mi cumpleaños espero ir a almorzar afuera. No sé si lo haré. Después en la noche comeré en exceso también. Y el dos de enero, de vuelta a la oficina.

Supongo que está bien haberme obsesionado con la idea de ser actor. ¿Puedo encontrar alivio en la idea de que no soy nadie especial? El otro día leía una nota de… creo que del New York Times, pero no puedo asegurarlo; una nota en la que decían que uno puede encontrar cierto alivio en la certeza de que no haremos nada destacado, de que no somos nadie importante. Pero yo no quiero pensar eso. Yo insisto en mi idea de buscar cierto éxito en lo que quiero hacer, de lograr algo más allá de lo que he logrado ahora. Y trabajar como actor.

*

Es tarde ahora. Me he sacado la remera. Debo comprar un pijama, ropa de dormir, de entrecasa. Algo con estilo. Leí un poema sobre el estilo que se le atribuye a Bukowski.

Sucede que con la cocaína tensiono. Entonces, luego quedo adolorido. Tensiono el cuerpo. He salido de fiesta el 24, he ido solo, he ido en busca de un varón y lo he conseguido, y ha venido a casa, y he jugado. Y sigo fumando marihuana. Pasa el tiempo de descanso.

No iré más donde esa mujer, la odontóloga, no me gusta.

Ahora llueve afuera. Se me antojan unas empanadas. Pero es mucha grasa. Y debo cuidarme. Mañana debo madrugar: es la sesión de fotos. Sin embargo, muero por ir y comprar algunas empanadas fritas y comerlas con el jugo de manzana que he comprado.

Es diciembre, es fin de año. Estaré bien.

Author: Anónimo Temporal

Empezaré por un diario de mi propósito de recuperarme del abuso a ciertas sustancias y al sexo. Contaré historias sobre mi vida. Si toda narrativa es ficción, esta es, entonces, la ficción de mis días, la ficción de mi vida.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

%d bloggers like this: