Normal

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Ser un hombre normal. Vivir la cotidianidad, la semana, esperar el fin del día, reprimir los deseos

*

Llegar de función, fumar marihuana, tomar un té.

Siempre la idea del sexo, la idea de un hombre, la idea de pasar tiempo con alguien, de enamorarme, de amar y ser amado y compartir, y desear y ser deseado. Como si hace mucho tiempo no estuviese con hombres que me gusten realmete, con un hombre lindo. Y vivo deseando, en la calle, mirando a todos, pensando que me enamoraré tal vez.

Quiero salir de la Argentina, quiero irme a otro lado y vivir una experiencia nueva. Creo que detrás de eso hay, entre otras cosas, el deseo, o la nostalgia más bien, por ser el joven recién migrado, por volver a experimentar, a ver las cosas por primera vez.

Quiero actuar más. Si uno no entrena, no ensaya, pierde la costumbre y los nervios no juegan tan a favor como otras veces. Ya no es suficiente una vez por semana. Quiero más.

Y entonces, masturbarme. ¿O no? ¿Salir a buscar un hombre?

El maquillaje ha terminado de irritarme la cara, estoy cansado, lo mejor es dormir, tomar un cuarto de pastilla y descansar hasta mañana, relajar bien y mañana tal vez ir a nadar. O no. Descansar, cocinar, escribir, estudiar, estar en casa.

Los hombres. Desear uno. ¿No hay alguien ahí para mí? Aún estoy a tiempo.

*

La ira. La frustración por las horas ahí dentro. Pero antes igual me frustraba por no tener ingresos. La incertidumbre. El miedo. La ira de nuevo al recordar las actitudes del uno y del otro. Incluso de las amistades.

Otra vez, me siento un poco mal del cuerpo, como débil, con principios de amigdalitis. No tomaré antibióticos tan pronto esta vez.

Mañana tengo función.

Y que no sea suficiente todo lo que gano. Aunque no debo ponerme en negativo, ya lo sé. Que no sea suficiente para comprar todo lo que quiero.

Y ellos ahí, los demás con privilegios. Ser inmigrante. Intentar, no parar de intentar todo con respecto al arte de actuar. Mañana rodaré escenas para un reel. No sé si me he preparado bien.

*

Y no puedo renunciar, porque de algo tengo que vivir. Tal vez pueda buscar trabajo el fin de semana, tal vez no pierda la cabeza en busca de falos, de hombres.

Yo quiero abrazos.

Los chicos, lindos; los chicos, seguros de sí mismos. ¿Y yo? No he de llorar, para qué victimizarme ahora. Estoy bien. No servirá de nada.

Ha sido un proceso de dos años. Encontrar la estabilidad, mantenerme, hacer una obra de teatro, lograr un buen sueldo (un “buen” sueldo), alquilar un departamento. Y ahora planes; sigo con mis planes de ser un actor. Aunque quiera más. Supongo que haré lo que pueda.

Además del reel, unas fotos; el blanqueamiento antes. Ejercitarme. Buscar castings, representante. ¿Irme? ¿Migrar? ¿Y cómo haré con la medicación si me voy a Los Angeles? ¿Y es empezar de nuevo lo que quiero? ¿Y los papeles?

*

Mi autoestima. Mi tiempo. Mi cuerpo.

Pienso tantas cosas durante el día y ahora estoy sin fuerzas para narrar.

El hombre del domingo, el masaje, la necesidad de cariño, de dormir acompañado, el deseo de compañía, pero la necesidad de soledad, el deseo de sentirme cuidado, de establecer un vínculo. El terapeuta, hace un año ya, me preguntaba cómo conseguiría a alguien si pienso migrar de nuevo.

¿En qué invertir el dinero ahorrado?

Yo no quiero pasarme los días yendo a una oficina, renegando entre una cosa y la otra.

Y una lucha constante, el community manager que no responde, y hay que insistirle, y todo así, un constante empujar para lograr que las cosas sean bien hechas, una lidia constante con la mediocridad con ínfulas.

Y me canso, me agoto.

Mañana será un lindo día. Grabaré escenas para el reel. Luego, iré a función. Espero amanecer mejor. De lo contrario no podré beber, salir después del teatro. Haré lo que me pida el cuerpo, supongo.

¿Tendremos público?

El fotógrafo que me tomó siempre las fotos no respondió. ¿No está interesado? ¿O es que simplemente “se cuelgan”, como dicen acá? No lo sé. Gente poco clara.

Y me encuentro agotado, cansado de odiar, de estresarme, de perseguir, de necesitar, de desear, de todo.

Y he perdido fuerzas. O es tal vez el cansancio.

Y en las redes para conocer hombres, sólo pijas, culos, gente grosera, que no responde, y yo que juzgo. Todos juzgamos.

¿Qué quiero ahora, qué pido ahora?

No quiero ser el hombre resentido.

*

No debo ser desagradecido. Pero los demás me producen fastidio.

¿Sacaré la nacionalidad argentina? Si es así, debo iniciar el trámite ahora. Y no me queda tiempo para nada, pasando las horas ahí adentro en la oficina. Y después, cuando llegan las jornadas de descanso, entonces quiero simplemente concentrarme en escribir y no hacer nada.

Y envidiar, no quiero envidiar más, no quiero desear lo del otro. ¿Cómo hago para sanar todas estas emociones?

*

Fue una linda función anoche.

Amanezco con deseos de anestesiar la conciencia, de drogarme con marihuana, y no tengo.  Entonces, en lugar de escribir, pienso en la única alternativa que es el hombre este con el que hablo desde hace un tiempo por Internet, y que se prostituye, y me dijo alguna vez que podría traer marihuana. En realidad, podría masturbarme. En realidad, quisiera otro tipo de compañía, porque el tipo no me termina de agradar físicamente (más allá de su herramienta, claro), pero si fumamos marihuana, y pasamos un momento de erotismo.

No he dormido mucho. Anoche no tomé alcohol. Me dolía la garganta ayer, y no dudé en meterle al cuerpo antibióticos de nuevo.

Quisiera actuar más. Es mi esencia, es lo que más disfruto, pasar las horas así.

Ayer rodé unas escenas para el reel, luego tomé un jugo con Raira en un cafetín lleno de ancianos, y después nos fuimos a la función, que estuvo linda, aunque me gustaría que nos fuese a ver más público.

Pero si me veo con el chico ese, entonces es bajar mi nivel de vibración, pagar por sexo. Y entonces, ¿qué hacer, a qué dedicarme hoy domingo sin la posibilidad de nublarme, de irme de esta realidad, de drogarme?

Quisiera renunciar, y sólo dedicarme a actuar y a escribir, y recibir grandes cantidades de dinero de eso.

Paciencia, que el trabajo del actor lleva paciencia.

Y claro, que vivir alcoholizado, drogado, me saca energía. Lo noto porque ayer ni un trago de alcohol ingerí, y amanezco hoy tan fresco, enérgico. Pero se me hace dura la existencia sin anestesiarme.

 

Pero si lo llamo al chico este, luego se irá, y me quedaré solo con mi borrachera, solo, ebrio, y no sé si satisfecho. No sé si es sexo lo que quiero.

Me ha hablado el hombre con el que tomo merca. Me ha dicho que irá a una discoteca esta noche. No debo. Es mejor dormir. Tal vez ir a nadar mañana. O ir a correr. Y mantenerme tranquilo, con la mente…

 

Iré donde Dante y su novio, también irá Boisano. ¿Y después?

Author: Anónimo Temporal

Empezaré por un diario de mi propósito de recuperarme del abuso a ciertas sustancias y al sexo. Contaré historias sobre mi vida. Si toda narrativa es ficción, esta es, entonces, la ficción de mis días, la ficción de mi vida.

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