Con la presión de hacer, de producir, con una sensación de que no me alcanza el tiempo, de que las horas ahí metido, en esa oficina, son muchas y de que me estanco. Y entonces la presión por buscar trabajo. Y las horas no me alcanzan.
Medirme más ahí adentro. No hablar tanto. ¿Y qué voy a hacer de mí? Ya pasará esta época. Siempre escribo lo mismo. Quisiera sólo dedicarme a actuar y a escribir. Pero el mundo funciona como funciona. Hoy me percibo atascado aquí, en Suramérica, sin salida. Con ganas de ir a Europa, pero contemplando apenas la posibilidad de ir a Cataratas. No es poco, igual. Tengo mis ahorros. No debo llorar. Me pregunto si debo invertir, que el dinero debajo del colchón no es una buena idea, pero no puedo abrir la cuenta en dólares gratuita a la que tendría acceso en el trabajo, porque tengo deudas, entonces no puedo, tampoco puedo tener una tarjeta de crédito. Y así. He modificado mi rutina. Me acuesto tarde. Ceno tarde. Y entonces vivo con sueño durante el día. Hace tiempo no hago ejercicio. El estreno de la obra y días antes el viaje a Uruguay modificó enormemente la rutina. No publico en el blog hace un tiempo. Como si no me quedara tiempo para los placeres de rutina. Y sí, recibo dinero, supongo que no está mal trabajar ahí, supongo que debo pagar toda esta vida. Pero quiero más, siempre quiero más. Conocer Europa, vivir ahí una temporada. Pero el nivel de ahorros no es el mejor, como para pagar el viaje el próximo año. ¿Y Colombia, y mamá?
Tal vez durante las fiestas pueda descansar. ¿Y los hombres y el amor? ¿Y mi cuerpo que no es el que quiero?
Las escenas para el reel.
Tengo miedo a no poder salir nunca de Argentina, a no vivir en otro país, quiero decir, porque debo tomar esa medicación. Tengo miedo a quedarme en este trabajo mucho tiempo. Pero no puedo renunciar porque necesito el dinero. Siento que necesito un cambio, aislarme. Intento decirme que es poco tiempo. Pero son nueve horas del día.
Ando un poco entristecido. Como agotado o sin energía, siempre pensando que al día siguiente debo despertarme temprano para ir a esa oficina, con la libertad coartada.
Y como si no estuviese conforme con nada, con la obra, con mi momento actual, con mi cuerpo y mis logros. Ahora tengo que ocuparme del reel. No quiero ocuparme de nada más.
Querido amigo Anónimo, siempre te leo con gusto. Yo también temo tener que quedarme acá para siempre por varios motivos. Tengo la sensación, a veces, que me falte algo quedándome acá. Que resolví unos temas pero se generaron otros. Es un país que te da posibilidades pero también te las sacas. Que te hace mirar el estilo de vida europeo pero sin nunca dejártelo probar y tocar. La gente que gasta una cantidad de Plata irreal para ir a comer en cadenas de restaurantes de EEUU para sentirse parte de aquel mundo sin serlo. De hecho, alimentando la distancia entre aquel mundo rico y el nuestro pobre. Estar acá con papeles y todo tendría que dar tranquilidad pero la vida en argentina no es nada simple. Hablé recién con la novia venezolana de un amigo y me contó un poco de su vida en Venezuela, de la elección de venir a argentina, de como planeó la fuga y del tema del trabajo como extranjera en argentina. Se me abrió un mundo y me hizo acordar mucho de tus cuentos y de tu jefa terrible. Y yo tampoco veo estas cosas en mi vida. Lo lamento mucho pero entiendo tu inquietud. Un abrazo. ¿Dónde puedo ver tu obra?
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¡Isa! Muchas gracias por este mensaje y por leer estas entradas. La verdad es que la situación de los venezolanos que tuvieron que venir es diferente a la de los colombianos que migramos por deseo propio. Y bueno, cada caso es particular. A veces siento que exagero, pero a veces percibo todo con mucha intensidad y estas líneas me ayudan a aliviarme. Te mando un abrazo. Me reconforta saber que hay quien me lee ahí afuera. Y me alegra que hayas pensado en mis escritos y que me lo hayas hecho saber.
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