Otra vez, la obra. El tipo imbécil que hace las veces de director y su amiga, a quien él ha inmiscuido y ha metido a la fuerza a hacer tareas de producción… ambos toman decisiones que ya estaban tomadas, usurpan la labor de producción. Quiero mantenerme en calma, ya lo he repetido hasta el hartazgo: si no fuese mi único proyecto, entonces dejaría, y que se vaya todo al carajo. Pero resulta que es el único lugar, el único momento en el que actúo. Quiero que todo pase rápido, así no tengo que verlos más, así no tengo que trabajar más con esa gente. Y supongo que de todo se aprende. Pero ya terminará, pasará.
Y Dante y yo lidiando con el tipejo este a quien cada vez aborrezco más. Que todo pase pronto, que estrenemos y termine de una vez por todas el estrés de hacer este proyecto.
Mis odios.
Quiero que termine ya. Quiero sólo hacer funciones. Nos han sacado toda decisión y capacidad de acción.
Estoy triste. No dejo de pensar en eso. Yo no quiero crear conflicto. Así que no entro en la forma del armado de todo. No quisieron, el director es un tipo complicado.
Hoy he comprado finalmente los zapatos. He comprado un jean.
Trabajo mejor en soledad que en esa oficina. Lo bien que me haría trabajar de vez en cuando en casa.
Tal vez dormir me haga bien. Tal vez me haga olvidar.
Y yo quiero que todo pase. Escribo lo mismo de esta mañana.
Siento que se me ha ido la fuerza para escribir ficción. Siento que ese proyecto me entristece y que no me permite hacer nada más. O soy yo. Más la oficina. Y de nuevo, el apuro. Y que la obra quede bien, que sea una buena obra, y que tengamos público. Tal vez deba confiar. Hacer lo mejor posible de mi parte.
Y quedarme sin palabras, por pensar. Pensar en la obra de manera obsesiva.
La marihuana me deja sin palabras, agotado de la vida, del día a día.
Me entristece ese tipo, y no estoy para nada conforme con el proceso. Aún así no pierdo la esperanza de que el resultado sea favorable.
Ensimismarme en mis dramas, en mi tristeza, mi dolor.
Yo quiero actuar. Y lo tengo que conseguir. Yo quiero escribir. Y lo estoy haciendo. Ahora solo quiero continuar.
Hablo con Dante. Eso me relaja. No así la alarma del auto que suena afuera.
A veces el temor no me deja ser optimista.
Y no busco trabajo. La marihuana me tiene absorto. Tampoco fui a nadar. Fui a comprar ropa. Ya es bastante. La marihuana me hace sentir inseguro. Y para colmo de males, estoy engordando. Hoy fui al baño varias veces. Pero ya se nota toda la ingesta permitida durante la semana pasada. Y no contento, pedí pizza. Por suerte no tengo vino. El otro día fue una hamburguesa.
Ellos me dan miedo: el director y la mujer esa, su amiga. Pero no debemos temer.
*
Iría a correr, pero no tengo tiempo. Debo ir a la oficina.
Es una época de letargo. Vivo aletargado por la marihuana. En la noche, lo único que quiero es sentarme a fumar y entregarme al pensamiento fácil, a la pereza.
Debo volver a la austeridad: me asustan un poco los gastos de este mes. Compré zapatos, un jean. Siento que todos los zapatos me quedan grandes.
Y no escribo nada de ficción, pero al mismo tiempo, sigo yendo al taller de escritura, escuchando, viendo lo que los demás envían. El otro día me aburría al final de la clase. Tal vez hoy pueda llegar a correr, así sea tarde. Media hora.
*
Bajón post viaje. ¿Debo ir a pasar la semana de fin de año en otro lado?
Yo no quiero estar ahí. Pero eso paga mis días.
Sueño con viajar. Pero luego hago las cuentas…
Algo haré pronto, a algún lugar iré.
*
Tal vez necesite una semana, sí. Un par de días, descansar un poco. No pensar en eso. Pero no ir a trabajar significa no ganar comisiones. Y entonces con eso me mantienen esforzándome.
Debo conservar la amabilidad, las buenas formas.
Hoy mi jefa alcanzó un nivel de violencia potente. No fue hacia mí por suerte.
Viajar. Eso quiero. Irme unas semanas a algún lado. Y no sé cuándo hacerlo. Hacer un viaje, recorrer un poco. Estoy un poco entristecido. Quiero hacer más dinero para poder hacer más cosas.
Definitivamente no me gustan ellos, son una tristeza de personajes. Ya pasará. Confío en que pasará.
Que tome la forma que deba tomar, que no haga más que actuar, eso me dice Áspora. Qué dolor, qué violencia ese proyecto, ellos y cómo todo devino.
Y odiar, odiar los círculos en los que me desenvuelvo y desear un cambio. No estallar. Esperar. Bancar. Un tiempo. Respirar.
Sin libido. Entristecido. Pero todo pasará pronto, me digo.
*
Y pensar en el dinero, en el trabajo, en la seriedad de todo, en tener que trabajar, en si viajar, o ir a ver a mamá, en si traerla a ella, en el dinero, que todo es dinero al final de cuentas.
No he sido austero en Montevideo. Que soy indeciso me decía la mesera, querida a su manera, amable. Fue un relámpago de libertad. Ahora quiero más. Y hay a quienes no quiero ver, no quiero tener más cerca.
La gente por todos lados, todo tipo de gente, humanos como yo.
*
Enojado. Entristecido.
Enojado por cómo mutó todo en esa obra, por ese director y sus formas, por la asistente de Macondo y cómo me trataron durante el último ensayo. Mi ira, mi odio hacia ellos crece, y no me quiero dejar llevar por esta sensación. Entristecido por el punto en el que estoy en mi vida. Veo mis ahorros, mi capacidad adquisitiva, mi vida en general, y me pregunto qué voy a hacer. A puertas de cumplir los 34.
Esta semana no fui al taller de escritura, no fui a las clases de danza. Ensayé, claro. La fiesta el domingo en Montevideo me dejó agotado. Volver el lunes directo a ensayar. El martes de nuevo a trabajar. Y así pasan los días. Si pudiera viajar más. Ganar más.
¿Por qué no los quiero?
Me ofendo. Me entristezco.
¿Es sólo que he querido controlar más de la cuenta?
Han tomado el dominio de la situación, nos han dejado de lado.
He quedado tan entristecido después del ensayo ese, después del descargo con Dante y Raira en el grupo de Whatsapp y mi salida de ahí. No quiero hablar más con ellos.
Tengo que irme de la oficina, tengo que ser un actor.
Y ahora necesito un tratamiento médico para vivir y me ha llegado la madurez, de golpe, y no hago lo que quiero, voy a una oficina. Y encuentro que las cosas deben cambiar, que debo dirigirme más hacia lo que quiero.
Me duele la garganta. He comprado antibióticos. Nuevamente.
Entonces escribo. No debo olvidar. Que esto soy. Un artista. No debo olvidar que alivio la intensidad de lo que vivo a través de la creación de obras. No debo olvidar que he sito dotado con dones para expresarme y que a eso he venido al planeta tierra. Así no me pierdo entre tanta mierda cotidiana. Entre muchos de ellos, que están dañados ya por el dolor.
Consumir, unas leves pero notorias ganas de consumir, así lleno el vacío, así soy un poco más feliz. Yo quiero una familia, un hombre, una compañía, alguien, yo creo que estoy preparado. Aunque uno no sabe si está preparado para eso, ¿no?
He dormido un poco. He fumado más marihuana. Disfruto de la soledad en casa.
Bueno leerte. Feliz día
LikeLiked by 1 person
Un abrazo, aunque tarde, va un abrazo, Meatov. Espero que las cosas marchen bien, que estés bien. Hace rato no puedo leerte. Buena semana.
LikeLike