La intensidad de lo vivido

Lo encontré en la barra del bar y no pude evitar pedirle, ya sabía que quería terminar con él, acá en casa, como en diciembre, drogándome y teniendo sexo. No fue tanto. El primer saque me lo habré dado a eso de las cuatro. Y el último a eso de las ocho. Ya después vino el bajón agresivo, dormitamos, la media pastilla de Alplax. Aunque no me gusta (le dije que sí, pero no es cierto), es muy buen tipo, es músico, me divertí. Pero la euforia es demasiada con esa droga de mierda, y yo venía cansado ya. Aún siento los restos de cansancio en mi cuerpo. No tan graves como en ocasiones anteriores. Como cuando vivía en Bogotá, la Inmunda.

Hoy amanecí pensando en la familia, en lo que quería de chico, en cómo me alejé de una parte del grupo familiar a causa del robo cuando mi abuelo estaba moribundo.

Es un hermoso día en Buenos Aires. Pienso y pienso que quiero dar un paso más. Y siempre la misma pregunta: ¿me estoy apurando? Debo ensayar. Tal vez hoy nos digan cuándo estrenamos. Y si no, seguiré esperando. Ni quiero pensar en eso. Sólo actuar. Ayer algo estudié del texto de la obra. Por encima, unos minutos. Ahora me dispongo a hacerlo. Aunque seguiría escribiendo, así libero esta culpa.

Es un hermoso día en Buenos Aires. Pienso y pienso que quiero dar un paso más. Y siempre la misma pregunta: ¿me estoy apurando? Debo ensayar. Tal vez hoy nos digan cuándo estrenamos. Y si no, seguiré esperando. Ni quiero pensar en eso. Sólo actuar. Ayer algo estudié del texto de la obra. Por encima, unos minutos. Ahora me dispongo a estudiar de nuevo. Aunque seguiría escribiendo, así libero esta culpa.

*

No más. Siempre digo lo mismo y siempre caigo.

Sí que fue una época complicada aquella. El bajón es fuerte. Ya he ido al trabajo. He regresado a escribir.

Consumí cocaína. Y eso me genera culpa. Ese hombre no me gusta. Pero tiene la pija grande. Entonces me entretengo. Y él es grande también. La pasé bien. Pero después, la culpa, el remordimiento.

No me siento muy bien. Como si me fuese a resfriar. No tengo fiebre. Quiero dejar de querer ser otra cosa, quiero ser ya esa otra cosa, ya dedicarme más al arte. Es bueno saber que no me hundiré en el camino de la perdición, que ahora me cuido más que antes. Más, pero siguen estos resabios.

Y en medio del sentimentalismo me sale el dolor, y le escribo a mi tía en Miami, y ella que todavía no puede reconciliar como nadie de este lado de la familia se hizo responsable por el robo del dinero, me dice, y que sigue enojada porque no le informamos de inmediato que mi abuelo había muerto. En fin. Un lío. Ahí quedó. 

Amanecí mejor. En la noche tuve fiebre, y pude percibir las amígdalas hinchándose. No dudé en meterle antibióticos al asunto. Estoy mejor. Me he sentado en el comedor a comer el pan de semillas que me regalaron en la dietética.

Estoy harto de ese proyecto, harto de pensar en eso, harto de no saber la fecha de estreno y de que todo esté en manos de ellos.

*

Escribir. Asuntos en la oficina. Clase de danza. Ansiedades. La gente. Los barrios. El mundo. Los pensamientos que se me cuelan. Y siempre digo, escribiré, plasmaré, la intensidad de lo vivido hecha arte para expiar, sanar, adormecer el látigo de esta furia. Intensidad, de nuevo. ¿Tiendo a la poesía barata? Escribir.

Enquistarme. ¿Un ciclo cumplido? Lo digo por el trabajo.

Nervioso. Y nervioso si pienso en eso, en la oficina.

 

Necesito tomarme una semana. No sé si mañana hablar sobre eso o sobre lo que sucedió. Y mis odios. Y mi furia. Y las chicas en la clase de danza. Todas mujeres. Y todas mujeres en el trabajo.

Quiero encontrar otro trabajo. Creo que puedo hacerlo. Debe haber algo ahí que pueda hacer diferente a eso, y obtener dinero.

Me encuentro cansado y mañana debo ir a ese lugar, por más que no quiera. Pero no puedo deprimirme, debo mantenerme en pie.

Reviso lo que escribo y encuentro que soy hiriente, que siento la ira desde una parte muy intensa. Y no sé si publicar esas palabras tan cargadas.

Fue una linda clase de danza. Es lindo terminar la semana así.

De pelea, así me siento. Después quedo triste por iniciar pelea.

*

Por la única razón por la que me importa ese trabajo es porque me da todo el dinero con el que vivo.

Debo comprar unos zapatos, comprar algo de ropa, así voy más elegante. Ya todo lo que tengo luce gastado. Y quiero mantener una buena apariencia.

Hoy es sábado. Pensé en ir a correr, pero preferí quedarme encerrado y hacer el plan inicial: fumar marihuana desde que me despierto. Hace mucho no lo hacía. Y ahora, con esto de ser un hombre trabajador, de horarios fijos, no puedo.

*

En octubre estrenaré la obra. Hoy dedicaré el día a buscar trabajo. Y aún me falta encontrar otra escena para el reel, cuya fecha de rodaje debo definir también.

Compraré las persianas en diciembre.

Me pregunto qué hacer, si cambiarme de trabajo. Es otra de las tareas del día. Buscar trabajo. Pero es una actividad que me resulta dolorosa.

 

Que no hay un área de recursos humanos donde elevarlo, y que por eso lo mejor es que lo habláramos, eso le he escrito a mi jefa, esta semana he tenido un encontronazo, cordial y formal, como suelo ser ahí adentro. Aunque soy un ser conflictivo. Pero ¿no es la condición humana en sí, contradictoria y potente? Puede ser que soy complejo.

Debo buscar escenas de comedia. Ayer comí helado. Compré unas copas y tomé vino en unas copa muy lindas de las que me antojé en el supermercado.

Y hoy es sábado, y fumo marihuana, y tomo café.

Ayer vi una foto de mamá en Macondo que me dio ganas de llorar. No la veo bien.

 

La gente está dolida. El otro día escuché a un par de adolescentes venezolanos que caminaban por Puerto Madero, él le decía a ella que hay personas con el alma mala y hay personas con el alma buena.

 

Compraré unas cortinas también. Compraré varias cosas.

Las cosas andarán bien porque se ha ido el frío, porque estrenaré la obra y haré lo que quiero, rodaré el reel, y tendré esperanzas, mantendré la fe. Y seré disciplinado, debo serlo. Las cosas se mantendrán en movimiento y triunfaré.

El mundo corporativo, qué mierda esa.

Quiero hacer algo en los medios de comunicación, algo que me guste más que esos trabajos de oficina. Quiero irme de ahí, de ese lugar de ventas.

Anoche soñé que me hackeaban los datos, ponían fotos mías en las redes. Fotos que no me había sacado nunca, no sexuales. Fue un sueño confuso. Dormí durante horas, descansé. Y creo que me falta más. Es lindo dormir.

 

Author: Anónimo Temporal

Empezaré por un diario de mi propósito de recuperarme del abuso a ciertas sustancias y al sexo. Contaré historias sobre mi vida. Si toda narrativa es ficción, esta es, entonces, la ficción de mis días, la ficción de mi vida.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

%d bloggers like this: