En continuado

cdlap00004444

He conseguido este departamento gracias a Dante. No está mal. El problema es la zona. Pero tampoco es un problema, exagero.

He conseguido pagar mi vida. No sé si era demasiado notorio que la camisa que usé hoy era vieja. Pero quería usar algo diferente. Supongo que mi sonreir constante delataba mi felicidad.

Llovizna en Buenos Aires. He permanecido encerrado esta tarde. He dormido una linda siesta. Hay un tema que me da vueltas, pero no debo obsesionarme. Fumo marihuana. Pienso en la oficina. En que seguiré conectado. Sólo por las comisiones.

Vender. Me dedico a vender, todo un oficio. Lo mío, al parecer, son los oficios. Algo estudié. Tal vez podría más.

Es hermoso que llueva y que yo esté aquí, drogado.

Pensando. Escribiendo.

Escribo incluso sin la necesidad de contar, escribo por escribir, como si encontrase en la acción misma un efecto liberador, como un grito, cuando escribo siento que estallo también, que canalizo al menos.

Ando ansioso, entonces fumo.

 

¿Estaré listo para el amor? ¿O es sólo un cuerpo cada tanto lo que necesito? Esta soledad no me hace bien.

 

Cansado. Estoy tan cansado. He dormido varias horas, pero el alcohol, el cigarrillo y la marihuana hacen que mi cuerpo necesite descansar más.

 

Por supuesto la gorda cerda no se ha ido sin largar un poco de su veneno, de su maltrato de soberbia insolente, de mala bicha. Ojalá no vuelva. Esta semana dejaré todo listo para buscar trabajo. La gorda cerda dice que vuelve el primero de julio. Ojalá no, ojalá se vaya a otro lado la muy inmunda.

No sé por qué ahora, ya sábado, me da vueltas el odio hacia ella.

Debo ir a ensayar. Es mediodía. He dormido unas diez horas, pero estoy cansado. El calor afuera es agobiante. Llueve y hace calor. Llovizna más bien. No tengo energía. Quisiera quedarme aquí, durmiendo unas horas más. Eso haré durante toda la semana.

Gorda ofensiva, represora, que se vaya y que no vuelva. Debo planear mi salida para su regreso, debo irme en cuanto haga su reaparición.

Todo mi resentimiento y toda mi bronca guardada. Que no se atreva a intentar bastardearme de nuevo, gorda hija de puta, porque se encontrará con respuestas que antes no estaban en el panorama.

¿Es posible dormir tantas horas y continuar cansado?

*

Sueño, sigo soñando, deseando, entro a ver vuelos a Londres. Hago cálculos de cuánto podré ahorrar en marzo. ¿Podré viajar el otro año? ¿Debo usar el dinero de los ahorros para ir a Londres o debo pensar en migrar directamente? ¿Debo ir a Colombia y ver a mamá?

*

Hay veces que quisiera ser una mejor persona, como si me descubriera oscuro, como si pudiera ver la parte oscura innata en mí: mi furia, mi ira, mi prepotencia. Mis pensamientos sobre los demás, mis ideas de jerarquía, verlo al nuevo director y pensarlo en contexto, comparar las clases sociales, de dónde viene el uno, de dónde viene el otro.

*

Ya no tengo más opción que continuar. Aunque el estreno recién es en agosto. Estoy agotado de hacer esa obra de teatro, agotado de la relación con Dante y Raira. Ahora el director cuestiona cada coma del texto que he escrito yo, y el asunto me ha dejado con un malestar que no se me va desde ayer. Y el proceso es largo, y ya no quiero seguir más. No los quiero, no harán parte más de mi vida. Agosto parece lejos, pero, una frase común, el tiempo pasa volando.

Y mi arrogancia, mi malestar. Y el tipo este que se mete en asuntos que no le incumben

Y la gorda puta nefasta en la oficina, que por suerte se ha ido. ¿Cómo es posible odiar así, vivir con este malestar? La vida sería otra cosa, iba a ser otra cosa.

Debo entrar a un proyecto con producción, a un proyecto donde no me tenga que encargar de nada más que de actuar.

Corre una linda brisa.

*

El nuevo director cuestiona todo y usa un tono que no es el más pedagógico del mundo, descubrí. Y mi susceptibilidad en el medio, claro.

El otro proyecto temo dejarlo, pero no quiero vivir más esta frustración de la creación grupal. Quiero actuar y listo. Debo enviarle los correos a los directores de castings que me pasó una compañera del laburo.

La gorda es tan ruda. Mezclo temas, lo sé. Tan ruda y grosera con las personas que quiere, cuando quiere. Me obsesionan estos temas. Vivo la vida como en una caldera, por eso creo que es limbo, o para mí por lo menos, las cosas me irritan. Y si estallo, siento culpa después. Como esta semana, con el pelotudo niño fresa de finanzas. Ese día quedé agotado, de cama, llegué directamente a dormir.

Odiar a los humanos. Misantropía.

Que entre y quiera cambiar todo, quiera cuestionar todo. El director.

Quedo adolorido también porque no quiero que noten mi furia.

El mal humor. Espero se me pase. Esta marihuana me adormece, no me incentiva a hacer cosas. Es domingo y tengo una semana de vacaciones por delante.

*

Me debato entre el deseo de macho y una pereza absoluta para hacer lo necesario, lo que se requiere. Doy por descontada la idea de pagarle a un hombre, al pelirrojo por ejemplo que vengo viendo desde hacer rato en Internet, que presta sus servicios como acompañante sexual: no tengo el dinero suficiente. O, mejor, el dinero que entra debo usarlo en cosas y experiencias que necesito y anhelo con más urgencia. Pero el contacto con un cuerpo hermoso… He investigado, sin embargo, sobre él, y sé que tiene un novio, un novio con el que yo también estuve, por aquel año 2015, también prostituto, le pagué y cogimos. He investigado más: dicen que el novio fue preso por narcotráfico. De seguro vendía drogas.

 

Pero lo que necesito no es un prostituto y sentirme culpable luego por el dinero que gasté.

*

Anoche, en una de esas páginas asquerosas, me he topado con el cordobés patasucia con el que tuve un cuento tibio hace un tiempo. Lo narré aquí. Tampoco da la cara el muy creído: no pone fotos públicas en su perfil. Pero luego me mostró él sus fotos primero, después de hablar un tiempo. Apenas vi que era él, lo bloqueé. Le guardo cierto fastidio. La última vez, después de que no le contestara yo, entonces me dijo que me iba a llamar, y nunca lo hizo. Vueltero, histérico. De solo pensarlo percibo ya la ira.

 

Es un hermoso día en Buenos Aires. El clima rondará por encima de los 20 grados, el cielo es azul, cuasi primaveral, despierto con el estómago aún lleno, son las 11 de la mañana, beberé mi café con mi porrito que ha quedado armado de anoche. Disfruto las vacaciones. Espero el próximo sueldo para comprar esto y aquello. Fantaseo con la cantidad que recibiré, con lo que podré comprar. Pero todavía no llega ese día.

Author: Anónimo Temporal

Empezaré por un diario de mi propósito de recuperarme del abuso a ciertas sustancias y al sexo. Contaré historias sobre mi vida. Si toda narrativa es ficción, esta es, entonces, la ficción de mis días, la ficción de mi vida.

2 thoughts on “En continuado”

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

%d bloggers like this: