Aquí

images

Nada grave. Me atormenta el peligro. He escrito “inminente”, pero lo he borrado. Aquí la vida es diferente, muy diferente. Es el momento preciso para demostrar lo supuestamente aprendido. Menos mal que no metí las piernas hasta el fondo el viernes, me digo ahora. Menos mal que los chicos a quienes les hablé, y alguno al que le propuse un encuentro cercano, no accedieron. Ni pelota, como dirían acá. Mejor así, por supuesto. Hablé con tres. A uno le propuse venir. Me ha dicho que no. Entonces, ya amanecido, he ido a tomar un café con Dickinson y con Tano, con quienes antes había bailado como una cortesana, y gritado, como una chabacana, saltado, feliz, embriagado hasta la médula por el alcohol barato de esa fiesta un tanto pobre. “Son libres, pero pobres”, le dije a Tano en un momento, todavía sobrio, al inicio del evento. Hay calles de calles, barrios de barrios, y gente de gente. Pero ahí, ese día, y después viendo algunas fotos, pude notar lo venido a menos de la ciudad, de la cultura. Y no hablo del gobierno, de los unos o los otros, sino de Buenos Aires, como una ciudad que fue pomposa, y ahora vive la decadencia de no mantener su patrimonio, veo los rastros de una elegancia que escasea. Y ayer también, caminando con Chala por algunas calles en Palermo: suciedad, basura tirada en el piso. Fuimos más educados antes, más ordenados, ¿o es sólo un recuerdo de algo que no fue? No, no estaban así de sucias las calles. No vine a criticar: observo y escribo, con cierta autoridad moral que siento me da haber habitado esta ciudad durante ocho años, haberme ido dos, y regresar ahora. Cómo construir, me pregunto a veces. Ser un buen inmigrante, cómo darle algo de mí, qué darle, hacer crecer. Y ojo, hay que verlo todo, hay que ver belleza, belleza del caos, que ahí hay virtud, eso escuché.

Y entonces digo, me digo, y repito a los demás, que este no es mi destino final (aunque sea una obviedad). Quiero explorar más, mucho más. Oigo a mis amistades que han ido y vuelto, la tan valorada Europa (qué anhelo, por Dios), mi prima en Australia, el bloguero que viaja a Río, a Salvador de Bahía.

 

Mi deseo, el deseo, quedarme con el deseo. Pero el alcohol baja las defensas, y ya borracho, los filtros desaparecen, así que voy a por cualquiera. Eso fue el viernes. He gastado más de lo que quería. He vuelto “en bondi” a casa, cuando ya era de día. Y el sábado he pasado el día con resaca física y moral, viendo pornografía, deseando. Nada grave. El peligro de acercarse al círculo.

 

Los días primaverales, las calles de este barrio hermoso, las plazas, la sensación de adaptarme cada vez más al mini departamento que he alquilado. Espacio pequeño, digámosle cozy. El cuidado. Sobre eso quiero escribir, sobre eso sigo escribiendo. He escrito más, siempre, todos los días. Hasta hoy que me he dicho “debo publicar, debo mantener este blog”, como una estrategia, insisto siempre, para sostenerme. Han sido meses de tratamiento en casa de mamá. Y ahora, solo, de nuevo solo, en la Furia, en el mundo entero. La gran prueba, le he dicho a Dante y a su novio Huán. Y que le doy trascendencia a la vida a través de las palabras, eso le he escrito a Áspora.

 

No se me ha dado el sueño durante estos días. No será problema para el buen desarrollo de una jornada que apenas empieza. Lunes. El ruido, afuera. La Furia brava cuyos motores percibo vibrar durante el día, y toda la noche. Mamá, en Macondo. Y las intenciones. El café torrado. Las amistades y los proyectos. Temo ser general. Es un proceso. Aún me adapto. Y por estos días lo pienso más: retrospectiva para escribir mejor, sobre todo para escribir sobre mí. Retrospectiva que no tengo ahora, porque, aunque van casi dos semanas, es todo tan pronto, tan rápido, tan nuevo (aunque tan conocido también).

Author: Anónimo Temporal

Empezaré por un diario de mi propósito de recuperarme del abuso a ciertas sustancias y al sexo. Contaré historias sobre mi vida. Si toda narrativa es ficción, esta es, entonces, la ficción de mis días, la ficción de mi vida.

5 thoughts on “Aquí”

  1. Me alegro que al final pudiste volver. Palermo es muy sucio, hay otros barrios un poco mejor (Belgrano y Nuñez). Quienes aman a BsAs tienen el amor por su belleza en su imaginación. Parece un Disneyworld del 1900. A mí me hace soñar, a otro los amargas y llena de tristeza.

    Liked by 1 person

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

%d bloggers like this: