Imágenes de mi adicción

Imágenes de mi adicción. Miedo a que vuelva a ocurrir. Si con apenas unos momentos de displicencia, ya como más de la cuenta y me clavo un cuarto de pastilla para dormir. Yo que tiendo a ser culposo. Omnipotencia, mi terapeuta decía que mi culpa era omnipotencia, o la pretensión de ella.

La imagen de cuando un prostituto me robó el celular en Buenos Aires, en mi departamento, sin que yo me diera cuenta, me lleva a recordar que este año tuve que comprar dos, dos celulares nuevos: se me viene a la mente la imagen de cuando discutí con mi madre por teléfono, y reventé el aparato contra la pared, de la pura ira. Y después tuve que comprar otro cuando me dieron burundanga o quién sabe qué droga que me doblegó y me quitaron algunas pertenencias en mi departamento en Bogotá. Ni para qué pensarlo.

Imágenes de mi adicción

Recordaba también el día que me fui al bar ese donde todos andan desnudos, en Buenos Aires. Pero yo no me saqué la ropa. Me terminé llevando a casa al bar tender. Pero me enojé después con él porque el tipo no se podía quedar a dormir, y yo en medio de mi locura deseo siempre que vengan a casa, y se queden a dormir, como si siempre fuera a conseguir a un hombre bueno. Porque tuve experiencias buenas, con hombres buenos, entonces creo que va a ser así siempre. Pero también las he tenido malas, muy malas. Es cuestión de aprender. El alcohol, las drogas bajan las defensas, y uno hace cada estupidez.

Y puedo narrar más, muchas más historias de una adicción que fue creciendo a lo largo de esos ocho años en el sur, una adicción que puede llevarse todo de mí: bien dicen que la droga se lleva tu alma. Entonces, ahora, aparece el miedo a recaer. Estando en casa, con mamá, es más fácil cuidarme. Sí, digamos que podría derrapar, pero requiere muchísimo más valor que cuando vivo solo. No hay las condiciones. Y tampoco lo necesito. No siento la pulsión de fiesta, de drogas, de alterarme, de abusar.

Miedo. Las mañanas suelen ser más tranquilas. En las tardes, el tedio aparece, y con él, el dolor, que intento evadir a cómo dé lugar; casi siempre autodestruyéndome. La misma historia. Y, según dicen, uno es siempre adicto, uno no se cura, la recuperación no termina, es un trabajo diario, porque uno siempre busca vías para tapar el dolor, vías autodestructivas, quiero decir. Entonces, miedo. Miedo a sentirme así estando solo, y recaer. Un pedazo de pudín de más, una mazorca grasosa (y asquerosa), unos vasos de gaseosa, y el cuarto de pastilla para dormir de ayer, esas cosas son inofensivas. No hacer ejercicio después de venir haciendo cinco días seguidos, no representa mayor problema. Pero emborracharme todos los días, y salir a buscar cuerpos, o cada semana, esnifar cocaína, y durar días de fiesta, como lo hice en otra época, eso es un riesgo enorme, que además me lleva a un lugar peor del que estaba antes de esa “medicina” con la que tapo por momentos el dolor. La medicina, peor que la enfermedad.

Y después, la culpa. Por varias cosas. Por haber comido de más ayer. Pero, sobre todo, por permitirme bajar la vibración. ¿Y qué desencadenó el bajón? Hablar con mamá de las finanzas. Las finanzas. Y verme aquí, desocupado, con ingresos a cuenta gotas, y pensar en cómo voy a irme a Buenos Aires, y que allá debo trabajar, y que las cosas van lentas con la televisión aquí, y mientras tanto veo mi creatividad en una especie de limbo, porque si bien escribo, no actúo. Sólo pensarlo hace que se asome en el pecho la angustia. Quejas.

Ayer soñé que trabajaba en televisión. Me peleaba con los técnicos. Después estaba en un camarín con la chica esta que ahora es muy famosa, que trabajó conmigo en un seriado hace años. Aparecía otra chica de la escuela de arte dramático. Estábamos en un camarín, sí. Y yo me preguntaba por qué me hacía amigo de esa chica, de la famosa, por qué sucumbía a su intensidad, si no me caía bien en realidad, como si me diera vergüenza o pesar dejarla de lado.

Pero también soñé que había un hombre, al que yo le gustaba, y si bien a mí no me disgustaba, lo rechazaba. Resulta que era un primo. Pero no uno de mis primos reales, era alguien diferente, una buena persona con el pelo un poco largo, crespo. Antes de irse, después que lo rechazara, él guardaba una foto mía en su billetera, y después lo veía cambiarse, y cuando se desnudó vi su pene grueso, grande, flácido, pero de un tamaño enorme. Ahí entonces cambié de opinión, quise tenerlo. Suena cómico tal vez. Pero eso, su miembro enorme aún estando dormido, mezclado con que era un buen tipo… Me enamoran los buenos tipos. Pienso en el amor. Y cuando pienso en el amor, me parece que es una pérdida de tiempo, es la historia que me cuento, tal vez para convencerme de que no lo necesito, aunque es obvio que sí lo necesito. Pero qué es el amor. Cómo buscar sin caer en la vorágine esa, en la adicción misma. Prefiero seguir así, concluyo, en esta castidad autoimpuesta. Al fin y al cabo, desde que llegué a Colombia no he tenido buen sexo si quiera: todo ha sido drogado, borracho, y no ha habido un solo tipo que me guste: ¿el negro tal vez? Bueno, uno de ellos. Porque hubo varios negros. Pero la experiencia se tiñe de dolor cuando recuerdo las circunstancias, y ni siquiera gocé, porque estaba tan drogado, tan. Y en Argentina, hacía tiempo venía igual. Entonces, mejor ni pensar en eso. ¿Y cuáles son las pretensiones? Esperar a que alguien me guste, me respondo. No coger por coger, por sacarme la calentura. Pero tampoco nos pongamos metas imposibles. Vamos de a poco. Cada día trae su afán. Solo por hoy, dirían los anónimos. En fin, para qué pensar más en lo mismo. Para qué. Es la mente. La mente que me da vueltas, y me hace analizar. Supongo que sirve. Sí. Hoy voy a estar bien.

Author: Anónimo Temporal

Empezaré por un diario de mi propósito de recuperarme del abuso a ciertas sustancias y al sexo. Contaré historias sobre mi vida. Si toda narrativa es ficción, esta es, entonces, la ficción de mis días, la ficción de mi vida.

2 thoughts on “Imágenes de mi adicción”

  1. No es un relato gracioso, es realidad y creo que saldras con estilo de todo. Solo aguanta, sigue en tu exploracion interna, es la mas complicada del escritor. Me gusta leerte y de alguna manera imagino que seras de los mejores.

    Liked by 1 person

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

%d bloggers like this: