Orzuelos. Uno grande en el párpado izquierdo. Y uno que se asoma abajo, en el ojo derecho. Me preocupa. No quiero salir a la calle con esto. Y quisiera darme una vuelta mañana, martes. Espero estar mejor para el miércoles, el día que he quedado de ir a cine con mi amiga Dunia. Ya compré las entradas. Ahora tomé medio ibuprofeno. Aunque creo que los analgésicos no sirven de nada: he leído ya varias páginas web y no hablan de tomar ibuprofeno en casos de orzuelos. Le han hecho una campaña de desprestigio al ibuprofeno. Y seguramente sea cierto lo que dicen. Yo desconfío de lo químicos. Desconfío de todo, en general. Desconfío, por ejemplo, de estos orzuelos. Tomo té de jengibre. El té de jengibre sirve para desinflamar. Me pondré unas compresas, unas toallas con agua caliente. Durante unos cinco minutos. Eso haré. Y me pondré unos saquitos de té. Y seguiré leyendo Manual para mujeres de la limpieza. Ese texto, junto con cuentos de otros autores contemporáneos que he estado leyendo también, me inspira, pero me hace pensar en mis historias como insuficientes. Mis propias historias, digo. No debo compararme, ya sé. Debo dejar de que los buenos cuentos me abran la cabeza. Y escribir. “Se sienta a la mesa y escribe”.
Usa terramicina, o pregunta en la Farmacia, ahora hay buenos medicamentos en goteros, que solo usas mientras tienes el problema. Abrazos y que te cures pronto.
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Jejeje. La terramicina me la daba mamá cuando yo estaba chico, ¡ahora me acuerdo! Gracias, Meatov. Un abrazo 🙂
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De nada, me simpatizas mucho Anónimo Temporal. 🙂
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