Martes, lluvia afuera. Llueve mucho. Agradezco estar aquí, encerrado. Y no dando vueltas por una Bogotá que colapsa. En las noticias hablan de las madres que están con niños en la calle pidiendo dinero. Es verdad. Ya lo había notado. Se ha vuelto frecuente en Bogotá ver a mujeres con niños pidiendo dinero. Algunas mujeres tienen apariencia indígena, así decían en la nota, como poniendo en duda que realmente lo fueran. En los puentes peatonales (casi todos hechos mierda) de esta ciudad, se sientan y tocan lo que parece una guacharaca. Sí los he visto. Yo pensaba que eran desplazados. En la tele dicen que es explotación infantil, que los niños no deben estar en la calle pidiendo. La próxima vez que los vea, voy a llamar a la línea del Bienestar Familiar que dice ahí que uno debe llamar, el 141.