A veces me pregunto si me he precipitado al dedicarme a la ficción antes de haber conocido suficientemente la realidad. Eso dicen a veces periodistas o escritores que vienen del periodismo: que uno debe dedicarse primero a conocer la vida. Recuerdo que antes podía terminar las historias. Ahora, en cambio, escribir un párrafo es todo un mérito. Me gana la pereza al corregir. Cuando uno escribe, le enseñan que hay que corregir y corregir. A veces me da miedo romper la vergüenza de leer lo que escribo. O tal vez sea simple falta de disciplina. A veces pienso que lo poco bueno que he hecho ha sido obra de inspiración pasajera, chispazos. Pero bueno, por otro lado, aconsejan trabajar sin parar: es decir, escribir sin parar. Y a eso estoy dedicado últimamente. Todos los días, de lunes a viernes , estoy dedicándome mínimo tres horas (a veces más) a sentarme frente al computador. Por supuesto, el Internet es un peligro importante. Pero bueno, como toda herramienta, puede ser usada a favor o en contra. Así que durante esas tres horas trabajo en sacar algún post para este blog. Este blog me ayuda a combatir el hábito de escribir solamente para el diario (hace muchos años llevo uno). Alguna vez leí un artículo que decía que los diarios personales pueden ser peligrosos para los escritores. Durante esas tres horas diarias (que a veces son más) también he venido trabajando en dos cuentos que estoy escribiendo hace mucho. Son historias adelantadas que no quiero abandonar. Me digo que por lo menos debo terminarlas. Entonces tengo que obligarme a avanzar, a escribir un final. Además, ¿cómo no escribir siempre la misma historia? Me hace falta un taller de escritura donde agarre disciplina y tenga opiniones diversas. Eso, y el monólogo que estoy montando para actuar. Sigo aprendiéndome el monólogo. He cuadrado un ensayo para el día jueves. Entonces dedico el tiempo a estos proyectos personales de los que no sé qué beneficio económico podré obtener. O tal vez obtengo otro tipo de beneficios, de otra índole. Y después veré los frutos. Eso quiero creer.